GRADOS: DECIMOS.
AREA: EDUCACIÓN RELIGIOSA ESCOLAR
TEMA: LA
ENFERMEDAD EN EL ANTIGUO
TESTAMENTO Y EN EL TIEMPO DE CRISTO
GUIA: N° 1
PERIODO: SEGUNDO
SEMANAS DEL3 DE AGOSTO AL 26 DE AGOSTO
DOCENTE: EDUAR URZOLA. CEL: 3215267192 E-MAIL:
eduarurzola@gmail.com
FRASE: “No
es la enfermedad del COVID 19 que está
matando tanta gente en este momento si o el miedo que le da a la gente de morir
o el temor a la muerte”
PROPOSITO: Reconocer la importancia que
poseen los médicos en el proceso de
curación y sanación de las
enfermedades, sin desconocer la ayuda
que Dios nos brinda
durante toda nuestra vida.
LA ENFERMEDAD
EN EL ANTIGUO TESTAMENTO Y EN EL
TIEMPO DE CRISTO
COMO SE CONSIDERABA LA ENFERMEDAD EN EL ANTIGUO
TESTAMENTO
En el Antiguo Testamento se vivía la enfermedad a
menudo como una prueba difícil contra la que uno se podía revelar, y en la que,
sin embargo, se podía reconocer también la mano de Dios. Ya en los profetas
surge la idea de que el sufrimiento no es sólo una maldición y no siempre es la
consecuencia de pecados personales, sino que el sufrimiento aceptado con
paciencia puede ser también un modo de vivir para los demás
Ordinariamente los antiguos judíos no acudían a los médicos cuando
estaban enfermos. "No buscó a Jehová, sino a los médicos" (2
Cron. 16:12).
ACTITUD JUDÍA HACIA LAS
ENFERMEDADES EN TIEMPO DE CRISTO
Los judíos del tiempo de Cristo no
tenían mucho conocimiento científico de la medicina. El hecho se demuestra
porque en su creencia de que las enfermedades eran causadas ya por el pecado
del enfermo, o de sus parientes, y que venían en castigo por su pecado. Acerca
del ciego, los discípulos preguntaron a Jesús: "¿Quién pecó, éste
o sus padres, para que naciese ciego?" (Jn. 9:2). También se
atribuían las enfermedades a los demonios. De allí que considerasen que la
curación era el arrojamiento de estos espíritus malos. Entre ellos era el más
pío, no el hombre más educado, quien tendría este poder. Jesús se refirió a
esta práctica cuando los fariseos equivocadamente lo acusaron: "Y
si yo por Beelzebub echo fuera los demonios, ¿vuestros hijos por quien los
echan?" (Mat. 12:27). Estos hechos explican la falta de
conocimiento médico de los judíos en aquellos días.
Marcos añade un hecho
interesante en su relato cuando Cristo sanó a la mujer con el flujo de sangre.
El dice que ella había sufrido muchas cosas de muchos médicos (Marc. 5:26). Un
escritor cita el Talmud de Babilonia como autoridad por el hecho de que algunos
de los mismos rabies se presentaban como médicos, y sin duda muchos remedios
raros eran prescritos por ellos para una mujer con esta indisposición. Si un
procedimiento no daba resultado para sanar la enfermedad, se sugería otro. Uno
de éstos era el siguiente:
"Cavar siete
hoyos, y quemar en ellos algunas ramas de parra que aún no tuviera cuatro años
de edad. Entonces que la mujer, llevando una taza de vino en la mano, llegue
hasta cada uno de los hoyo5 en sucesión, y se siente a un lado
de él, y cada vez se le repitan las siguientes palabras: "Sé salva de tus
enfermedades."
Una gran multitud de gente estaba tirada en derredor del tanque de
Bethesda esperando que bajase un ángel a revolver las aguas para curarlas de
sus enfermedades (Jn: 5:1.4).
En
la teocracia judía, la medicina estaba en manos de los sacerdotes, y por ello
los médicos casi no existían. Los conocimientos anatómicos eran rudimentarios
porque los cadáveres se consideraban religiosamente impuros y por tanto
intocables, lo cual impedía la disección (Nm 19.13–16). Existen, a pesar de
todo, unas pocas referencias bíblicas a la medicina.
Se
acostumbraba aplicar vino, aceite, cataplasmas y vendas a las heridas y llagas
(Is 1.6; 38.21; Lc 10.34); hasta se conocía una forma primitiva de curar los
huesos fracturados (Ez 30.21); las parteras hebreas eran empíricas (Gn
38.27–30; Éx 1.15–21; Ez 16.4, 5). No se tienen datos acerca de médicos
profesionales.
En
el Antiguo Testamento hay poco lugar para los médicos. Dios es el supremo
sanador de su pueblo, el que envía el dolor y la enfermedad como castigo por
los pecados. Las familias de Israel que conocían la
Biblia hebrea, tenían la idea de que la salud era un premio por su obediencia,
y las enfermedades eran el castigo por la desobediencia.
En el Nuevo Testamento no se tiene muy buen concepto de
los médicos. Se les consideraba ineficaces (Mc 5.25, 26; Lc 8.43) lo cual
engendraba cierto escepticismo entre la gente (Lc 4.23). Sin embargo, se
reconoce su actividad positiva y benéfica (Mt 9.12) y Lucas, el único médico
cuyo nombre perpetúa la Biblia, es llamado «el médico amado» por San Pablo (Col
4.14).
No hay comentarios:
Publicar un comentario