TERCERA GUIA 7° 2P
GRADOS: SÉPTIMOS.
ÁREA: EDUCACIÓN RELIGIOSA ESCOLAR
TEMA: LA FAMILIA
Y EL BIEN COMÚN
GUIA: N° 3
PERIODO: SEGUNDO
SEMANA DEL 13 DE
OCTUBRE AL 4 DE DICIEMBRE
DOCENTE: ENVELES
DE LA HOZ. CEL: 3006669720. E-MAIL: evema1
DOCENTE: EDUAR
URZOLA. CEL: 3215267192 E-MAIL: eduarurzola@gmail.com
DOCENTE: EUDER
MOLINA CEL: 3106247694 E-MAIL: eudermolina@yahoo.es
FRASE: La
Solidaridad no es un sentimiento superficial, es la determinación firme de
empeñarse por el bien común
PROPOSITO: Reconocer
que la familia es la potencializadora del bien común y todos estamos llamados a
contribuir a él.
El bien común es todo aquel dónde no hay exclusión en el consumo, es
decir, todas las personas de la comunidad pueden utilizarlo y sacar beneficio
de él.
Podemos decir que lo contrario del bien
particular es el bien común, ya que el bien particular es de una persona es
privado y el bien común es de todos es universal. el bien particular no se consigue
si no se orienta al bien común, y el bien común se realiza alcanzando el bien
particular de cada uno.
El bien común está siempre orientado hacia el progreso
de las personas, al que debe subordinarse el progreso social.
Se designa como familia al grupo de personas que
poseen un grado de parentesco y conviven como tal. Según la sociología, el
término familia se
refiere a la unidad social mínima constituida por el padre, la madre y los
hijos.
Cuando nos paramos a pensar en el significado de familia,
nos vienen a la mente nuestros seres queridos, nuestros amigos, conocidos y la
comunidad de la Iglesia. La familia como tal es un bien personal, pero también
un bien social. Se trata de un bien de todos y para todos, buscando el bien
común.
La Doctrina Social de la Iglesia define el bien personal
de la familia como comunidad de amor, santuario de la vida y ambiente de
humanidad. El ser humano está llamado al amor y el ámbito familiar es el lugar
ideal e idóneo para poder encontrarlo, dando con los frutos necesarios. Es la
esfera donde surge la vida humana. Por lo tanto, da lugar también al
desarrollo, la educación y contribuye a alcanzar los valores más altos como
persona. Desde la Fe también podemos encontrar el vínculo familiar y de
comunidad.
Como familia que somos, debemos que buscar el bien común,
el bien de todos. Velar por los más desfavorecidos y tenderles los puentes
necesarios para poder alcanzar unas condiciones dignas de vida. En la unión
familiar se encuentra la estabilidad en todos los niveles. Jesucristo nos
acompaña en el camino y espera de la sociedad que el bien sea compartido, que
el bien sea común en el seno de todas las familias
La familia se constituye como algo que precede la sociedad misma y la genera,
no solamente porque aporta nuevos miembros, sino porque hace posible el fundamento
de las relaciones que la constituyen. Tiene una vocación relacional que la hace
sujeto vivo de la sociedad, fuente de bien común. La experiencia de que vivir juntos
es un bien anterior a cualquier beneficio utilitarista que nos pueda reportar,
es vivida y aprendida en la familia fundada en el matrimonio. La familia no es
un objeto sino un sujeto con el que entrar en diálogo; de ahí la importancia
del reconocimiento de la subjetividad propia de la familia, que es lo que
expresa el concepto de ciudadanía de la familia: presenta la familia como una
relación social, y no solamente como un lugar de afectos y sentimientos. No
surge de un planteamiento estatalista, sino societario, que atribuye una
prioridad a la sociedad civil respecto al Estado.
Promover la ciudadanía de la familia significa optar por elecciones que
caminan en
la dirección de una real, más completa democracia hecha de solidaridad,
participación y autonomía de las personas como individuos en relación los unos
con los otros.
Como cristiano, tienes el deber de actuar, de no abstenerte, de prestar
tu propia colaboración para servir con lealtad, y con libertad personal, al
bien común.
Tú, por
tu condición de cristiano, no puedes vivir de espaldas a ninguna inquietud, a
ninguna necesidad de tus hermanos los hombres.
La
responsabilidad de edificar el bien común compete, además de a las personas
particulares, también al Estado, porque es la razón de ser de la autoridad
política.
El bien
común exige la prudencia por parte de cada uno, y más aún por la de aquellos
que ejercen la autoridad. Comporta tres elementos esenciales:
1. En
primer lugar, el respeto a la persona en cuanto tal. En nombre del bien común,
las autoridades están obligadas a respetar los derechos fundamentales e
inalienables de la persona humana. En particular, el bien común reside en las
condiciones necesarias para que se puedan ejercer las libertades naturales
indispensables para el desarrollo de la vocación humana: derecho a actuar de
acuerdo con la recta norma de su conciencia, a la protección de la vida privada
y a la justa libertad, también en materia religiosa.
2. En segundo lugar, el bien común exige el bienestar social y el
desarrollo. Ciertamente corresponde a la autoridad decidir, en nombre del bien
común, entre los diversos intereses particulares; pero debe facilitar a cada
uno lo que necesita para llevar una vida verdaderamente humana: alimento,
vestido, salud, trabajo, educación y cultura, información adecuada, derecho de
fundar una familia, etc.
3. El bien común implica, finalmente, la paz, es decir, la estabilidad y
la seguridad de un orden justo. Supone, por tanto, que la autoridad asegura,
por medios honestos, la seguridad de la sociedad y la de sus miembros.
La autoridad se ejerce de manera legítima si se aplica
a la prosecución del bien común de la sociedad. Para alcanzarlo debe emplear
medios moralmente aceptables.
Tantos
siglos de convivencia entre los hombres y, todavía, tanto odio, tanta
destrucción, tanto fanatismo acumulado en ojos que no quieren ver y en
corazones que no quieren amar.
Los
bienes de la tierra, repartidos entre unos pocos; los bienes de la cultura,
encerrados en cenáculos. Y, fuera, hambre de pan y de sabiduría, vidas humanas
que son santas, porque vienen de Dios, tratadas como simples cosas, como
números de una estadística.
Para
actuar siempre así, como esas madres buenas, necesitamos olvidarnos de nosotros
mismos, no aspirar a otro señorío que el de servir a los demás, como Jesucristo,
que predicaba: el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir.
Eso requiere la entereza de someter la propia voluntad al modelo divino,
trabajar por todos, luchar por la felicidad eterna y el bienestar de los demás.
No conoce mejor camino para ser justo que el de una vida de entrega y de
servicio.
La familia para el bien común
La persona es
un ser social por naturaleza y la familia es la primera sociedad humana,
necesaria para el desarrollo y madurez del hombre. Como primera sociedad, la
familia debe y quiere estar el servicio del hombre, ayudarle a ser más y mejor
hombre: en definitiva, la familia quiere buscar el bien de todos los hombres y
el bien de todo el hombre. La persona, como ser social por naturaleza no puede
encontrar su realización sólo en sí misma, sin contar con los demás. Esta
necesidad del hombre de vivir con y para los demás para realizarse le impone no
una simple convivencia con los otros hombres, sino la búsqueda común incesante
y positiva del bien, es decir, del sentido de su vida y de la verdad del
hombre: su pleno desarrollo. La familia como primera sociedad donde el hombre
vive y madura está llamada de una manera especial a buscar el bien del hombre y
a ayudar a todos los hombres a encontrar el verdadero sentido de su vida. La
familia tiene un sentido y una finalidad que no puede eludir la búsqueda del
bien de todos y cada uno de sus miembros para ayudarlos a alcanzar su propio
bien en el pleno desarrollo de toda la capacidad de vida que existe en cada
persona. La familia tiene una meta, un horizonte, un fin que es el bien común
de sus miembros y no debe abandonar esta tarea por grandes que sean las
dificultades y agresiones exteriores. Para la realización de su cometido la
familia cuenta con el mayor tesoro posible que es el amor y cariño de sus
miembros y la comprensión de todos. La convivencia fundada en el amor es la
mejor escuela de todas las virtudes, la mejor escuela de vida.
ACTIVIDAD
1.
¿QUÉ ES EL BIEN COMUN PARA TI?
2.
¿PORQUE CREES TU QUE LA FAMILIA ES UNA COMUNIDAD
DE AMOR?
3.
¿QUÉ DIFERENCIA EXISTE ENTRE EL BIEN COMÚN Y
EL BIEN PARTICULAR?
4.
¿QUÉ SIGNIFICA PROMOVER LA CIUDADANÍA DE LA
FAMILIA?
5.
¿COMO DEFINE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
EL BIEN PERSONAL DE LA FAMILIA?
6.
¿CUAL ES LA META, EL HORIZONTE Y EL FIN DE LA
FAMILIA?
7.
¿QUÉ IMPLICA EL BIEN COMUN?
8.
¿CUÁL ES EL MEJOR CAMINO PARA SER JUSTO?
9.
¿CÓMO SE EJERCE LA AUTORIDAD DE MANERA
LEGÍTIMA?
10.
¿A QUIÉN COMPETE LA RESPONSABILIDAD DE EDIFICAR EL BIEN COMÚN?
11.
¿CUÁL ES EL DEBER DEL
CRISTIANO ANTE EL BIEN COMÚN?
12.
¿QUE
SIGNIFICA PROMOVER LA CIUDADANÍA DE LA FAMILIA?
13.
¿QUÉ EJEMPLOS DEL BIEN COMÚN
CONOCES?
14.
¿POR QUÉ CREES TÚ QUE LA
PARTICIPACIÓN CIUDADANA HACE PARTE DEL BIEN COMÚN?
15.
¿QUÉ IMPORTANCIA TIENE LA
FAMILIA EN EL BIEN COMÚN?
16.
¿CÓMO CREES TÚ QUE SE DA EL
BIEN COMÚN EN TU FAMILIA?
17.
¿CÓMO PARTICIPAS TÚ EN TU
COMUNIDAD?
18.
¿POR QUÉ CREES TÚ QUE CON
SALUDAR A TUS VECINOS Y DIALOGAR CON ELLOS CONTRIBUYES AL BIEN COMÚN?
19.
¿PORQUE ASISTIR A UN VELORIO
SE ESTIMULA AL BIEN COMÚN?
20.
¿QUÉ PIENSAN TUS PADRES
SOBRE EL BIEN COMÚN?
NOMBRE----------------------------------------------------------GRADO
7 0--------