viernes, 25 de octubre de 2019


TAREA DE 8° CUARTO PERIODO 2019
PARA EL CRISTIANO, LA MUERTE ES EL ENCUENTRO DEFINITIVO CON DIOS..
Dios ha hecho al hombre para que sea feliz en la Tierra y más tarde también en el Cielo, pero sabemos que para poder encontrar la felicidad en el cielo tenemos que vivir una vida como no las propuso nuestro señor Jesucristo, una vida de amor.
Para los cristianos la muerte es sólo el final de la vida terrena, pero no el final de la vida.
Tenemos un alma inmortal creada por Dios que no muere con la muerte sino que pervive en una vida eterna.
El cristiano sabe además con certeza que, gracias a la inmensa y gozosa verdad de la fe, gracias a Cristo, la muerte, su último enemigo en esta tierra (1 Cor 15, 26), no será el final de todo: tras ella alcanzará la visión eterna de Dios y la resurrección del cuerpo al final de los tiempos, cuando todas las cosas se cumplan en Cristo.
La vida no acaba aquí: por eso estamos convencidos de que el sacrificio escondido y la entrega generosa de millones de personas a las que nadie conoce tienen un profundo sentido y alcanzarán su justa recompensa en la otra vida: una recompensa que, por la infinita misericordia de Dios, superará cualquier bien al que el hombre pueda aspirar.
: EL SACRAMENTO DE LA UNCIÓN DE ENFERMOS confiere al cristiano una gracia especial para enfrentar las dificultades propias de una enfermedad grave o vejez. Se le conoce también como el "Sagra Viático", porque es el recurso, el "refrigerio" que lleva el cristiano para poder sobrellevar con fortaleza y en estado de gracia un momento de tránsito, especialmente el tránsito a la Casa del Padre a través de la muerte. Antes se conocía como extrema unción , pues solo se le administraba a una persona cuando estaba a punto de morir.
Para este sacramento, el sacerdote traza con el aceite bendecido u óleo de los enfermos, la señal de la cruz en la frente y en cada una de las manos del enfermo, al tiempo que pronuncia las siguientes palabras: Por esta santa unción y por su bondadosa misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo. Para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad. Amén.
Una preparación para el paso a la vida eterna. Este sacramento acaba por conformarnos con la muerte y resurrección de Cristo como el bautismo había comenzado a hacerlo. La Unción del Bautismo sella en nosotros la vida nueva, la de la Confirmación nos fortalece para el combate de la vida. Esta última unción ofrece un escudo para defenderse de los últimos combates y entrar en la Casa del Padre. Se ofrece a los que están próximos a morir, junto con la Eucaristía como un "viático" para el último viaje del hombre.
NUESTROS HERMANOS LOS SATOS
Los Santos son personas normales que vivieron sus vidas de acuerdo con el Plan de Salvación de Dios.
Quienes aun permanecemos en vida, formamos con ellos una comunidad: ellos interceden ante Dios por nosotros y nos sirven de modelo de vida.
En cabeza de la comunión de los santos se encuentran Jesucristo y la Virgen María, primeros hermanos que vencieron de manera definitiva el poder de la muerte.

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