lunes, 5 de agosto de 2019


TAREA 2  DE 9°

LA CONCIENCIA: La palabra conciencia proviene del latín conscientia, que significa con conocimiento. Esta palabra alude al acto psíquico por medio del cual el individuo se percibe a sí mismo inserto en el mundo.

Se puede hablar de distintos tipos de conciencia, no sólo de la individual. Una forma de clasificarla es:
Conciencia individual: esta alude a la conciencia del individuo y de la forma en que el entorno puede perjudicarlo o favorecerlo en las distintas circunstancias de la vida. Por medio de esta, la persona establece qué es lo bueno y lo malo para sí. El poner en marcha esta distinción se la conoce bajo el nombre de instinto de supervivencia. Además, por medio de esta el individuo cae en la cuenta de que debe usar su libre albedrío y capacidades para crear y también dirigir su propio plan de vida.
Conciencia social: esta apunta a  la conciencia de cuál es el estado del resto de la comunidad y de cómo el entorno puede favorecerla o perjudicarla. Por medio de la conciencia social se establece aquello que es malo o bueno para la comunidad como un todo y cuando esta distinción se pone en marcha se la conoce bajo el nombre de instinto de protección.
Conciencia emocional: a partir de los datos emocionales, esta conciencia dictamina qué es bueno y qué malo así como también de cómo la forma en que el individuo y su comunidad actúen afectará el estado emocional de la comunidad en sí. Al la realización acertada de dicha distinción se la conoce bajo el nombre de inteligencia emocional.
Conciencia temporal: por medio de esta el individuo toma conciencia sobre el ambiente que lo rodea y de cómo lo afecta tanto a él como al resto a lo largo de la línea del tiempo. Por medio de esta se distingue aquello que es malo o bueno para la comunidad como un todo con respecto a su futuro. Cuando esta distinción se ejerce correctamente se la conoce como inteligencia racional.
Además, se puede hablar de:
Conciencia psicológica: por medio de esta, la persona advierte su propia presencia, de los hechos y objetos que se ubican fuera del propio yo y la reflexión de los actos propios.
Conciencia moral: esta es el conocimiento que cada individuo debería tener sobre las reglas morales y las normas. Por medio de esta, la persona se da cuenta de si la propia conducta moral es valiosa o no. Los actos morales son aquellos orientados hacia los demás, el mundo y el exterior.

TAREA 3 DE 9°
¿COMO SE DIVIDE LA VIRTUD?
La virtud es una disposición habitual y firme para hacer el bien: Las virtudes son el patrimonio moral del hombre. Ellas le ayudan a comportarse bien en toda circunstancia, es decir, a hacerle bueno en el sentido más verdadero y completo. Ningún hombre nace bueno o malo
1) Las virtudes teologales, son tres: la fe, la esperanza y caridad. Y toman el nombre de virtudes teologales porque se refieren directamente a Dios. Disponen a los cristianos a vivir en relación con la Santísima Trinidad.
¿Qué es la fe? La fe es la virtud teologal por la cual creemos en Dios, en todo lo que Él nos ha revelado y que la Santa Iglesia nos enseña como objeto de fe.
¿Qué es la esperanza? La esperanza es la virtud teologal por la cual deseamos y esperamos de Dios, con una firme confianza, la vida eterna y las gracias para merecerla, porque Dios nos lo ha prometido.
¿Qué es la caridad? La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios, con el amor filial y fraterno que Cristo nos ha mandado.
VIRTUDES  HUMANAS O MORALES O CARDINALES: Son disposiciones estables del entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la razón y la fe.
Las virtudes humanas o morales son muchas, pero pueden agruparse en torno a cuatro principales, llamadas virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
Prudencia.- Es la virtud de realizar  el acto con inteligencia, con los medios más adecuados en cada caso.
Justicia.- Dar a cada uno lo que es debido. Pretende la rectitud en las acciones, propias y con los demás.
Fortaleza.- Lleva al ser humano a resistir y a ejecutar acciones con independencia del temor irracional. Es la disposición para resistir peligros, sobre llevar males y no retroceder ni ante la muerte, todo por conseguir un bien descubierto por la inteligencia y amado por la voluntad.
Templanza.- Es un hábito  que consiste en moderar el uso de los sentimientos, sujetándose a la razón.


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