COMO SE CONSIDERABA LA ENFERMEDAD EN EL ANTIGUO
TESTAMENTO
La enfermedad en el antiguo testamento era considerada
como una cadena de pecado que venía transcendiendo en una familia, por uno o
varios miembros de ella y que esto era pagado por todos los miembros de esa
familia. Todo esto termino con el Nuevo Testamento, pues nuestro señor Jesucristo con su muerte condeno todos los pecados y maldiciones ávidas, que
traíamos, pero a menudo en el día de hoy, algunas personas todavía piensan que las pruebas que
tenemos día a día es producto de maldición o de pecados que cometieron sus
ancestros o familiares y que ellos
en carne propia deben pagar.
La biblia dice que
en toda familia es imprescindible un
sacerdote, Y esto lo han interpretado diciendo que aquella familia que posea un sacerdote, son abolidas las
maldiciones y los pecados cometidos en tiempos pasados.
En el Antiguo Testamento se vivía la
Enfermedad a menudo como una prueba difícil contra la que uno se podía revelar,
y en la que sin embargo, se podía reconocer también la mano de Dios. Ya en los
profetas su.rge la idea de que el sufrimiento no es solo una maldición y no siempre es la consecuencia
de pecado personales, sino que el sufrimiento aceptado con paciencia puede ser
también un modo de vivir para los demás
Aun en el tiempo de Jesús las personas pensaban lo mismo
que en el antiguo testamento, ya que sus discípulos al ver un ciego le
preguntaron a Jesús:
"¿Quién pecó, éste o sus padres, para que naciese ciego?" (Jn.
9:2).
El
hombre del Antiguo Testamento vive la enfermedad de cara a Dios. Ante Dios se
lamenta por su enfermedad (cf. Sal 38) y de Él, que es el Señor de la vida y de
la muerte, implora la curación (cf. Sal 6,3; Is 38). La enfermedad se convierte
en camino de conversión (cf. Sal 38,5; 39,9.12) y el perdón de Dios inaugura la
curación (cf. Sal 32,5; 107,20; Mc 2,5-12). Israel experimenta que la
enfermedad, de una manera misteriosa, se vincula al pecado y al mal; y que la
fidelidad a Dios, según su Ley, devuelve la vida: "Yo, el Señor, soy el que te sana" (Ex
15,26). El profeta entrevé que el sufrimiento puede tener también un sentido
redentor por los pecados de los demás (cf. Is 53,11). Finalmente, Isaías
anuncia que Dios hará venir un tiempo para Sión en que perdonará toda
falta y curará toda enfermedad (cf. Is 33,24).
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