CONTROVERSIA
ENTRE SAN PABLO Y SANTIAGO
Romanos 3:28 vs.
Santiago 4:24
Algunas personas creen que a Dios se le debe sirve para obtener su
gracia, ellos se basan en la siguiente declaración hecha por el apóstol
Santiago "Veis, pues, que el
hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe" (Santiago 4:24). Con esto creen
que hay que hacer una serie de obras religiosos para "poner de su
parte".
Otras personas opinan según lo dicho por Pablo en Romanos 3:28 "Así que consideramos que el hombre es
justificado por la fe, sin las obras de la ley".
Históricamente sabemos que estas fueron las posiciones de la Iglesia
Católica y de Martin Lutero en la Dieta de Worms respectivamente.
Si aceptamos que ambos autores son inspirados por el Espíritu Santo,
entonces tenemos una muy seria contradicción que resulta ser crucial ya que
ambos son diametralmente opuestos en naturaleza. Ambas no pueden ser correctas,
e implica que algunas personas son justificadas de una manera y otras personas
por otra manera distinta (esto se presta para pensar que Dios tiene favoritismo
para algunas personas y eso suena feo).
La Biblia nos dice que Dios desea ser adorado de una sola manera y que
cualquier otro no será aceptada. Ejemplo tenemos en el caso de Abel y Caín, Ia
rebelión de Israel en el Monte. Sinaí, los hijos de Aarón, el Rey Uzías y otros
que deseaban acercarse a Dios a través de la adoración pero de manera
incorrecta. De todos estos casos se desprende que nos acercamos a Dios por
medio de la fe y no de los obras (aun el ladrón arrepentido demostró saber este
principio eterno).
Si bien hemos concluido el modo de justificación, aun tenemos que
contestar la pregunta porqué Santiago insiste en las obras para la
justificación del hombre?
La contestación a esta pregunta se encuentra en los propositos por los
cuales estas epístolas fueron escritas.
Es bien conocido que durante los primeros años de Ia era cristiana al
muchas personas de diferentes ideas religiosas entraron al Evangelio, pero no
dejaron por completo todas sus ideas. Muchas continuaron con algunas de sus
conceptos erróneos. Por esta razón varios apóstoles escribieron cartas para
corregir algunas de estas situaciones.
Pablo le escribió a los Romanos para corregir la idea de algunos judos
convertidos de que había que guardar las leyes ceremoniales para ser salvos (la
circuncisión y otros). Pablo dejó entender que las obras no salvan, pues, si
fuera así en vano murió Cristo.
Santiago, en contraste, le escribio a un grupo de creyentes que mal
entendían la fe y entraron en una vida cristiana inactiva (peligrosamente cerca
de la presunción). Pablo estableció la preeminencia de la fe sobre las obras
(ya que todos por haber pecado estamos destituidos y la ley nos condena). Santiago
amplia este concepto, pero no para recién llegados al Evangelio, sino para
creyentes maduros que deben entender que una vez llegados por la fe al
Evangelio, los obras son frutos de la voluntaria obediencia a la voluntad de
Dios (manifestado en obras de caridad hacia toda persona que lo necesite sin
restricción alguna)
De manera que podemos
deducir y concluir que estos escritores bíblicos no están en desacuerdo, sino
en acuerdo y que juntamente expresan el concepto de la justificación del
hombre.
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