Participación
de las Iglesias en la Construcción del Bien Común.
La
iglesia católica, es una de las mejor organizadas del mundo. Y como
organización ejerce un gran liderazgo social. De ella se tiene un
compendio claro, y firme para establecer el bien común en la vivencia de los
pueblos del mundo. Es importante señalar que en el compendio se hace un
llamado a “los hermanos de otras Iglesias y Comunidades Eclesiales, a los
seguidores de otras religiones, así como a cuantos, hombres y mujeres de buena
voluntad, están comprometidos en el servicio al bien común,…pues, la
herencia común de las enseñanzas sociales custodiadas por la tradición viva del
pueblo de Dios derivan estímulos y orientaciones para una colaboración cada vez
más estrecha en la promoción de la justicia y de la paz. Puesto que todos los
hombres están abiertos a las relaciones con los demás.
El bien común de la
sociedad no es autónomo, soberano autárquico, sino que está relacionado con los
fines últimos de la persona y al bien común de toda la creación. Una visión puramente histórica y
materialista terminaría por transformar el bien común en un simple bienestar
socioeconómico, carente de finalidad trascendente, es decir, de su más profunda
razón de ser. Cómo se
puede conocer el bien común
El
conocimiento del bien común no requiere que sea un conocimiento teológico. El
conocimiento que proporciona la sola reflexión racional es un instrumento
idóneo e Indispensable para una comprensión de los conceptos
básicos de la doctrina social, incluido el concepto bien común. La
reflexión racional solicita la apertura y el asentimiento a la verdad de
toda inteligencia y conciencia y sobre esa racionalidad se proyecta la luz que
el Evangelio.
El
principio del bien común puede ser conocido a través de la razón y de la fe y
está comprendido en el Mandamiento supremo del amor a Dios y al prójimo, en la
Justicia y se vincula con los problemas que surgen en la vida de la sociedad.
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